Uno de esos rincones de tránsito en pleno corazón del Parque. Paso obligado en las rutas del ‘pisapraos’ (lo que ahora han dado en llamar treking) por la pista que desde los campos del Espino baja por la Hoya del Ortigal y que desde aquí se divide en dos, una que parte hacia el collado de los frailes en dirección a la aldea abandonada de los Centenares y otra que baja hasta el cortijo de la Fresnedilla en la parte superior del Aguasmulas, un encanto de paraje con impresionantes vistas hacia la cumbre del Banderillas.
En suma un bello rincón concurrido por unos pocos amantes del senderismo que tienen aquí una de sus rutas preferidas, entre los restos de un pequeño núcleo de cortijos abandonados y sus tierras de labor conquistadas por la maleza.
En suma un bello rincón concurrido por unos pocos amantes del senderismo que tienen aquí una de sus rutas preferidas, entre los restos de un pequeño núcleo de cortijos abandonados y sus tierras de labor conquistadas por la maleza.
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