Los campos de nuestros abuelos

|0 comentarios
Bastas llanuras de cereales, campos que desde antaño se labraron al ritmo lento de la yunta y se cosechaban en el abrasador estío, hoz en mano, por cuadrillas de segadores.
Rudas gentes que dependían del fruto de la tierra, de la cosecha anual que llenaba sus graneros (los de unos más que otros).

Hoy, esos mismos campos, mecanizados unos, abandonados otros, ahí siguen viendo pasar nuevas generaciones de agricultores, con las mismas ilusiones, las mismas esperanzas puestas en que la próxima cosecha sea mejor que la actual. La resignación de siempre mientras dejan los mejor de sus vidas sobre la tierra que los vio nacer.
P.d. Dedicado a nuestros mayores, a su trabajo duro y nunca lo suficientemente valorado.

Flores y plantas: II

|0 comentarios



Pinos bandera

|1 comentarios


Ubicados en las cumbres, expuestos al devenir de los vientos reinantes, su crecimiento se amolda a la dirección que le marca el mismo.





Parque Natural de Castril: Los Hoyos de Moreno

|0 comentarios
Un paseo tranquilo, de esos de mañana de domingo, a uno de los entornos más frondosos en masa vegetal del parque.
A poco de iniciar la subida y justo antes de adentrarnos en el barranco propiamente dicho, pararemos justo en un saliente rocoso donde podemos divisar la práctica totalidad de la ribera derecha del río. Así a nuestro frente, podemos contemplar la cerrada de la Malena, precioso salto de agua sobre todo en estaciones húmedas, y algo más escondida por la vegetación, la cerrada de Túnez. Hacía arriba podemos contemplar todo el valle del nacimiento del río Castril.

Continuando pista arriba, a ambos márgenes del barranco podemos observar curiosas formaciones, producto de la erosión sobre la roca caliza.

Una vez arriba el camino se bifurca. A la izquierda un ramal nos acercaría al Corral del Peñón, un abrigo para el ganado justo debajo de una imponente roca. La continuación por el ramal de la derecha, nos llevará en poco tiempo hasta el Cortijo de los Hoyos, una bella planicie que en su etapa primaveral nos recordará paisajes propios del norte peninsular.

Desde aquí, podemos continuar la pista, que tras coronar un cercano collado, nos acercaría al Cortijo de Canalejas, ya en el siguiente barranco del mismo nombre, y desde el cual podemos descender hasta la pista principal por donde dejamos nuestro vehículo, o bien si como es mi caso, desandar los propios pasos.
Related Posts with Thumbnails