Parque Natural de Castril: Inicio

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Como ya dejé anotado en una entrada anterior, retomo al recorrido por el parque natural de la Sierra de Castril. Os dejo unas instantáneas de la zona sur del mismo, la más próxima al poblado del que toma su nombre. El parque en sí está divido en su eje central por el valle del río, poblado de un denso pinar en algunas zonas de sus márgenes y en su mayor parte desprovisto de vegetación por la intensa explotación que sufrió durante años a tenor de una fabrica de vidrio cuyos hornos quemaron casi la totalidad de su vegetación arbórea.

Esta zona enclavada en una pequeña planicie es de uso eminentemente agrícola, poblada por olivares en conjunción con rebaños de ovejas forman la típica estampa del campo andaluz. El paisaje se encuentra además salpicado por una sucesión de antiguos cortijos que despoblados por sus dueños han sido colonizados en los últimos años por un ejercito de turistas ingleses, que no conformes con Gibraltar y nuestras costas, a veces nos hacen dudar de que tierras pisamos.

La parte final del valle la forman las aguas remansadas del reciente embalse del Portillo, aprovechando para su construcción una serie de formaciones rocosas para realizar el embalse y que últimamente está cogiendo cierto renombre por las cada vez más sucesivas disputas por el uso y disfrute de sus aguas. La ultima de las fotos pertenece a la peña, con el santo en su cima, que da sobrenombre al pueblo de Castril, del que en su momento intentaré colgar un reportaje más extenso.


Acerca del cambio climático

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Después de oír tantas disquisiciones sobre el tema, mira por donde, aquí, en esta mi tierra, al noroeste de la provincia de Granada, limítrofe con la provincia de Almería, con una pluviometría de apenas 300mm anuales oficiales, (algunos años no llegamos ni a la mitad), he aquí que se nos presenta un invierno que aparte de una nevada de las que se recuerdan y un inicio de primavera con tres semanas de constante borrasca y varios chaparrones que nos hace tener complejo de “galleguiños” nos lleva a pensar a más de uno que si esto es el cambio climático, pues bien venido sea, y que perdure.



Con paisajes como estos, áridos y descarnados, encajonados en un mar de barrancos poblados por espartales, más propios del desierto africano que del clima mediterráneo, la proliferación de días de lluvia hacen despertarse las cosechas, y tornar el paisaje en verdes a los que no estamos habituados y que miramos con la misma cara de asombro que este triguero (miliaria calandra) .


Rutas por Cazorla: Los Poyos de la Mesa

La ruta de hoy tiene su inicio en la Nava del Espino, a la que accederemos por el ya conocido carril viejo que une Vadillo Castril con los campos de Hernán Peréa. Durante la subida podremos vislumbrar los tajos de los poyos de la mesa, sobre los que en gran parte discurrirá nuestra ruta.

Al llegar a la Nava del Espino, una planicie de verdes prados, es donde dejaremos nuestro vehículo para dar inicio a nuestra caminata



Desde aquí, en ligera ascensión, dirigiremos nuestros andares hacia la cumbre del cerro Galán al que bordearemos por su base, mientras en permanente ascensión llegamos hasta el inicio de los Poyos de la mesa. Ya una vez en la cima, podemos contemplar las primeras vistas de los Poyos de la mesa, un promontorio de roca caliza que se adentra sobre el valle del Río Guadalquivir, y en primer plano el rastrillo de la Víbora.

Siguiendo nuestro camino, ahora ya por una planicie poblada de pinar, nos conducirá al frente tras dejar atrás una caseta de vigilancia de incendios, hasta el collado Galán.


Desde este punto las vistas son espectaculares, a nuestro frente podemos contemplar toda una suerte de picos rocosos, el Picón de los Halcones y la Peña de los Tornillos, entre ambos, un ramal de nuestra pista nos permite bajar hacia el Arroyo de los Tornillos, un enclave que permitirá a los corazones ávidos de sensaciones fuertes disfrutar a lo grande: en su parte superior la Cerrada del Pintor, en la inferior la Cerrada de la Canaliega, ambas, pasos horadados en la roca por las aguas del arroyo, pasos angostos de no más de 1 metro de ancho en algunos de sus tramos, donde los amantes del rafting, pueden dar rienda suelta a su adrenalina.

Para los más modestos, optaremos por la pista de la derecha que tras bordear el puntal de los poyos por su parte sur, nos acercará tras un breve paseo hasta la “cima” por así decirlo de nuestro paseo. Las vistas desde aquí abarcan todo el valle del río, desde donde podremos contemplar a vista de pájaro, el desarrollo urbanístico del parque nacional, y el deambular de vehículos que suben hasta el nacimiento del río, y es que ni siquiera aquí en la montaña estamos a salvo del turismo del ladrillo.

Eso sí, separados por unos cuantos metros de altitud, y a diferencia de ellos, estaremos acompañados de la visita esporádica de algunos animales que aún disfrutan de la tranquilidad de estos parajes, ardillas, gamos, y en este caso concreto de un endemismo de esta sierra, la lagartija de Valverde (algyroides marchi), espécimen descubierto allá por el 1959 por José Antonio Valverde, de ahí su nombre, reptil habituado a zonas umbrías de la sierra y que habita zonas muy localizadas de esta sierra.
El final de nuestra ruta, como es costumbre, nos lleva a desandar los pasos andados hasta nuestro vehículo a la espera de otra nueva jornada de montaña.


Semana Santa

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Llegó la Semana Santa, y con ella el mal tiempo. Malo, para el turista que nos visita, bueno, para nuestros campos, que al fin y al campo es de lo que comemos.
Así que, aprovechando un paréntesis momentáneo del temporal, las cofradías salen a la calle a realizar sus estaciones de penitencia. Aquí, en mi pueblo, Galera (Granada) no llegamos a la altura de las procesiones de Sevilla, pero también tienen su encanto.
Os dejo unas imágenes del via crucis del Viernes Santo, en su parte final del recorrido a la llegada al Calvario.
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