Como ya dejé anotado en una entrada anterior, retomo al recorrido por el parque natural de
Esta zona enclavada en una pequeña planicie es de uso eminentemente agrícola, poblada por olivares en conjunción con rebaños de ovejas forman la típica estampa del campo andaluz. El paisaje se encuentra además salpicado por una sucesión de antiguos cortijos que despoblados por sus dueños han sido colonizados en los últimos años por un ejercito de turistas ingleses, que no conformes con Gibraltar y nuestras costas, a veces nos hacen dudar de que tierras pisamos.
La parte final del valle la forman las aguas remansadas del reciente embalse del Portillo, aprovechando para su construcción una serie de formaciones rocosas para realizar el embalse y que últimamente está cogiendo cierto renombre por las cada vez más sucesivas disputas por el uso y disfrute de sus aguas. La ultima de las fotos pertenece a la peña, con el santo en su cima, que da sobrenombre al pueblo de Castril, del que en su momento intentaré colgar un reportaje más extenso.
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