Por el Santuario de Tiscar: Barranco de Extremera

|10 comentarios



Cercano al Santuario de Tíscar nace una pista que se dirige en dirección este hacia el valle y nacimiento del Guadalquivir, encaramada a media ladera sobre el valle de Quesada, ofrece una vista panorámica del "mar de olivos" típico de estas tierras jienenses.
A mitad de camino, en el cruce con el barranco de Extremera, merece la pena hacer un alto en nuestro camino y remontar por una pequeña senda de este barranco.
En años en que el invierno ha sido prolijo en lluvia y nieve como este, el brusco desnivel del terreno redunda en un par de bellos saltos y cascadas dignas de admirar y fotografiar.
Cauce arriba enlazamos con un senda paralela a la pista anterior que a una cota superior ofrece vistas privilegiadas de los farallones verticales del Picón del Rayal y Picón del Guante.





... // narcissus-longispathus






Trilogía campesina (2ª parte)

|11 comentarios
El hombre de estos campos que incendia los pinares
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.

Hoy ve sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra,

Es hijo de una estirpe de rudos caminantes, pastores que conducen sus hordas de merinos
a Extremadura fértil, rebaños trashumantes
que mancha el polvo y dora el sol de los caminos.

Pequeño, ágil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
hundidos, recelosos, movibles; y trazadas
cual arco de ballesta, en el semblante enjuto
de pómulos salientes, las cejas muy pobladas,

Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios y crímenes bestiales,
que bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
esclava de los siete pecados capitales.

Por tierras de España
A.Machado






Trilogía campesina (1ª parte)

|13 comentarios
En el campo undulado, y los caminos
ya ocultan los viajeros que cabalgan
en pardos borriquillos,
ya al fondo de la tarde arrebolada
elevan las plebeyas figurillas,
que el lienzo de oro del ocaso manchan.
Mas si trepáis a un cerro y veis el campo
desde los picos donde habita el águila,
son tornasoles de carmín y acero,
llanos plomizos, lomas plateadas,
circuidos por montes de violeta,
con las cumbres de nieve sonrosada.
.

.
.
.
.
Campos de Soria
A.Machado




Por las montañas vas como viene la brisa

|8 comentarios



Por las montañas vas como viene la brisa
o la corriente brusca que baja de la nieve
o bien tu cabellera palpitante confirma
los altos ornamentos del sol en la espesura.
Toda la luz del Cáucaso cae sobre tu cuerpo
como en una pequeña vasija interminable
en que el agua se cambia de vestido y de canto
a cada movimiento transparente del río.
Por los montes el viejo camino de guerreros
y abajo enfurecida brilla como una espada
el agua entre murallas de manos minerales,
hasta que tú recibes de los bosques de pronto
el ramo o el relámpago de unas flores azules
y la insólita flecha de un aroma salvaje.
(Pablo Neruda)



Pon un polarizador en tu vida

|12 comentarios


En alguna ocasión me habeis preguntado como consigo esos colores tan vivos (y si no lo habeis hecho da igual, ya que de algo tengo que escribir) así que hoy ha llegado el día en que explique el misterio que no es tal.
Remontandonos a la prehistoria de la fotografía, la analógica o de carrete para entendernos (si lee esto el fotográfo del pueblo me mata), algunas chapuzillas se podían hacer en el laboratorio al revelar el negativo pero la mayor parte de la foto había que conseguirla en el momento de hacerla.
Luego llegó la era digital y con ella el amigo phothosop con el que se pueden hacer diabluras con una foto.Si en la primera etapa era de uso común la utilización de filtros con los que conseguir efectos extras, de color o dominantes, esto quedó desfasado en la digital con el uso de filtros de ps. Sin embargo aún pervive el uso del polarizador, especialmente en fotos de paisajes donde nosotros no controlamos la intensidad de la luz.
Para no estenderme mucho (más que nada porque se me acaba lo que sé) es un filtro de doble cristal, en que ambos giran de forma independiente (en el momento de girarlos puedes ver su efecto) y que actúa sobre la luz polarizada, esa luz que 'revota' sobre superficies brillantes o pulidas y que produce luces y brillos fuertes e intensos (agua, rocas, vegetación...), que acaban por engañar a la cámara a la hora de medir la luz de la escena resultando en fotos apagadas y faltas de color. Al eliminar principalmente esos brillos, la luz de la escena queda más homogénea, y es por lo que consigue colores fuertes y vivos, oscurece el cielo, aclara las nubes, aspectos difíciles de lograr en el pc.
Pero como todo en la vida este filtro presenta inconvenientes:
-Uno es que no actúa igual en todas las situaciones. Su mayor efectividad es cuando la foto la hacemos en un ángulo de 90 grados respecto al sol. Así a mediodía con el sol sobre nuestras cabezas, es su momento pleno. Al amanecer o atardecer ese mismo ángulo solo lo conseguiremos cuando el sol en el momento de encuadrar nuestra cámara nos de en la oreja (método casero de medir esos 90 grados).
-Este requisito hace que si usamos un objetivo angular al ser la escena amplia, puede suceder que la mitad de la foto esté a esos 90 grados y la otra no tanto, resultando media foto más saturada de color que la otra, con un resultado un tanto 'peculiar' (si observais detenidamente las fotos que acompaño, sobre todo en los cielos, entendereis lo que digo)
-Se compone de cristales oscuros que restan luz a la cámara, hasta dos pasos de diafragma. A modo de ejemplo, en una medición sin polarizador la cámara nos marca una velocidad de 1/200, esa misa con el polarizador, nos dará una velocidad de 1/50. No será raro que en más de una ocasión tengais que recurrir al trípode salvo que tu pulso sea de cirujano o tirador de elite de la policía.
Y eso es todo amigos, hasta la próxima.

Campos de Hernán Peréa: no es Siberia, pero casi

|11 comentarios


La pasada semana tenía prevista una ruta en pleno corazón del P.N. de Cazorla, para cuya aproximación necesitaba atravesar los Campos de Hernán Peréa.
Estos campos son una suerte de meseta que se extiende paralela a la Sierra de Castril y a la Cordillera de las Banderillas. Con una altitud media que ronda los 1700m de altitud es una vasta planicie desangelada, sin árboles y escasa vegetación; el reino del piorno, planta de escasa altura y compuesta exclusivamente por espinas (vulgarmente se le conoce como cojín de monja, ingenioso el que le puso nombre). Desprotegida de montañas cercanas y expuesta al viento y las heladas, presenta algunas zonas de cultivo cerealista, siendo en su mayor parte suelo rocoso y yermo.
El caso es que llegados a este punto, ví que aún persistían algunos neveros de cierto porte (algunos rondaban los 3 metros de altura) y con la mosca detrás de la oreja avanzaba el camino hasta que en un cambio de sentido me topé de lleno con uno que atravesaba de lado a lado del camino haciendo imposible el continuar.Así que tras las fotos de rigor, rápidas pues el frio viento refrescaba las ideas, no hubo más que dar media vuelta y desandar el camino.


Miscelanea festiva

|15 comentarios



Cynoglossum creticum (lengua de perro).../brote de arbol desconocido

Hypecoum imberbe (pamplina).../...Eruca sativa (oruga blanca)

Elegía a una casa de campo

|11 comentarios

Oh tu, casa deshabitada


en el solemne verano de nuestro silencio!


¿No adviertes que el solaz ha quebrado tus alas,


y tus verbenas orlan inútilmente


las cintas verdes que nadie recorre?


Tu follaje ha crecido a su tiempo,


y la ligereza de las doradas mariposas,


el zureo de los palomos


y la ardiente cigarra del olivo,


dan el espacio frágil


donde la vida como otros años transcurre.


Ya penderán los racimos de tus traviesas


acumulando en sus granos un leve iris de polvo.


Ya tiempo hará que tus vibrantes chopos


la voz del agua entretienen en sus hojuelas,


sobre la amarillenta calina,


y la soledad estará sentada en tu balcón agreste


viendo a las cabras de cuello gentil


ramonear las hierbas inmortales


en los débiles cerros.

Juan Gil-Albert
(Alcoy, Alicante, 1904-Valencia, 1994)



Related Posts with Thumbnails