Un paseo tranquilo, de esos de mañana de domingo, a uno de los entornos más frondosos en masa vegetal del parque.
A poco de iniciar la subida y justo antes de adentrarnos en el barranco propiamente dicho, pararemos justo en un saliente rocoso donde podemos divisar la práctica totalidad de la ribera derecha del río. Así a nuestro frente, podemos contemplar la cerrada de la Malena, precioso salto de agua sobre todo en estaciones húmedas, y algo más escondida por la vegetación, la cerrada de Túnez. Hacía arriba podemos contemplar todo el valle del nacimiento del río Castril.
Continuando pista arriba, a ambos márgenes del barranco podemos observar curiosas formaciones, producto de la erosión sobre la roca caliza.
Una vez arriba el camino se bifurca. A la izquierda un ramal nos acercaría al Corral del Peñón, un abrigo para el ganado justo debajo de una imponente roca. La continuación por el ramal de la derecha, nos llevará en poco tiempo hasta el Cortijo de los Hoyos, una bella planicie que en su etapa primaveral nos recordará paisajes propios del norte peninsular.
Desde aquí, podemos continuar la pista, que tras coronar un cercano collado, nos acercaría al Cortijo de Canalejas, ya en el siguiente barranco del mismo nombre, y desde el cual podemos descender hasta la pista principal por donde dejamos nuestro vehículo, o bien si como es mi caso, desandar los propios pasos.
A poco de iniciar la subida y justo antes de adentrarnos en el barranco propiamente dicho, pararemos justo en un saliente rocoso donde podemos divisar la práctica totalidad de la ribera derecha del río. Así a nuestro frente, podemos contemplar la cerrada de la Malena, precioso salto de agua sobre todo en estaciones húmedas, y algo más escondida por la vegetación, la cerrada de Túnez. Hacía arriba podemos contemplar todo el valle del nacimiento del río Castril.
Continuando pista arriba, a ambos márgenes del barranco podemos observar curiosas formaciones, producto de la erosión sobre la roca caliza.
Una vez arriba el camino se bifurca. A la izquierda un ramal nos acercaría al Corral del Peñón, un abrigo para el ganado justo debajo de una imponente roca. La continuación por el ramal de la derecha, nos llevará en poco tiempo hasta el Cortijo de los Hoyos, una bella planicie que en su etapa primaveral nos recordará paisajes propios del norte peninsular.
Desde aquí, podemos continuar la pista, que tras coronar un cercano collado, nos acercaría al Cortijo de Canalejas, ya en el siguiente barranco del mismo nombre, y desde el cual podemos descender hasta la pista principal por donde dejamos nuestro vehículo, o bien si como es mi caso, desandar los propios pasos.
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