TENERIFE: San Cristobal de la Laguna

Seré breve, pues breve fue la visita a esta villa, patrimonio de la humanidad, centro histórico de la isla, de calles señoriales y abigarrado pasado. Imbuido en dicho esplendor, me acerqué a la ciudad con ánimo de ver y gozar de tanta maravilla.

El día amaneció nublado y a las puertas de La Laguna lloviznaba a la par que soplaba un viento gélido, que a pesar de ser agosto, pareciera bajar de las mismísimas cumbres nevadas del Teide, lo que me hizo fruncir el ceño.
Sus calles las vi y volví a ver, mientras dando vueltas una y otra vez buscaba, sin hallarlo, un lugar donde estacionar mi pequeño utilitario. Tras no menos de una hora de intentarlo en vano, por fin pude poner pie en tierra, y con un cielo plomizo y el bendito viento, me dispuse a recorrer sus calles. Por si fuese poco calvario, quiso el azar que fuese éste el día de descanso de casas señoriales y museos, ¡todo estaba cerrado!, así que tras callejear sin rumbo definido a la espera del mediodía, llegó la hora del avituallamiento y una nueva odisea en busca de mesa y mantel, que quien lo diría que en una ciudad de cien mil almas pareciera que allí no comía nadie que no lo hiciese en su propia casa.
Así fue la visita, dos veces breve, a tan laureada villa, de la que partí con la pena y la Gloria con que llegué.
Y que me perdonen los laguneros por la pobre imagen que dejo de su ciudad, pero como el dicho popular proclama: ‘cada cual cuenta la feria como le fue en ella’



1 comentario:

Luisa dijo...

Viví muchos años en La Laguna y ver las fotos me ha emocionado.....tus reportajes están muy bien....y las fotos estupendas. Saludos desde mi paraisa.

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