Aquello de que el pez grande siempre se come al chico en ocasiones no es del todo cierto.
Un ejemplo lo tenemos en la araña cangrejo, esta diminuta araña de apenas 4 mm es capaz de abatir presas que le doblan sobradamente su propio tamaño. Su paciente espera bajo los pétalos de una flor o en el fondo de esta gracias a que mimetiza su cuerpo con el entorno como el mejor de los camaleones le propician la ventaja de la sorpresa. Su veneno efectivo y letal completan sus armas de caza.
Aquí os dejo un ejemplo de sus capturas inverosímiles, una abeja que le cuadruplica en tamaño y su capacidad de camuflaje en la que ha atrapado una mosca.
Por contra, la acción depredadora sin más alardes de la araña de la cruz, la más común de nuestras arañas de jardín merodea de un lado para otro en busca de su comida.
Ninguna de ellas teje telas de araña.
1 comentario:
Muy buenas todas, la segunda me gusta mucho!!
saludos
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