Atardecer de sol y nubes

|0 comentarios


Pasando la tarde con lo de seguir aprendiendo a hacer fotos (algún día sabré hacer alguna en condiciones) surgió que se conjugaban un cielo poblado de nubarrones con la luz ténue del sol que se habría paso entre ellas. Buena ocasión para disparar la cámara.

LA OROTAVA

|2 comentarios



Ladera arriba del mitificado Puerto de la Cruz y encajonado en un valle verde y húmedo cual tierra gallega se tratase, nos topamos con un conjunto variopinto de casas señoriales de bellas balconadas entre empinadas calles que nos harán pagar la perezosa vida del turista.
Llegan hasta aquí diariamente toda una caravana de autobuses de rollizos guiris y algún que otro íbero en visita guiada. Todos ellos embarcados en una visita express a esta villa que merece ojos más pausados, así que tu visita tendrá el aliciente añadido de pelear tu propio espacio visual a pesar de que los lugares que visitar sean numerosos.




Como por algún sitio hemos de empezar, sigo la cronología de mis propios pasos, y como si de turista cultural se tratara, no puedes dejar de visitar el antiguo convento de Santo Domingo, hoy reconvertido en museo de artesanía iberoamericana. Cerca de 7000 piezas de cerámica y textiles de uso cotidiano y variado origen que no nos dejarán indiferentes por su variedad y rareza.













Calle arriba, con ritmo pausado, pues aquí las cuestas lo son y de verdad, llegamos al epicentro de la ciudad: La plaza del ayuntamiento, casa consistorial que aprovechó la edificación del antiguo convento de las Clarisas de porte neoclásico que llamará nuestra atención por su enorme mole a lo largo de una amplia plaza. A sus espaldas, y ni que pintado, podemos relajarnos en la Ijuela del botánico, solar donde subieron el excedente de plantas del jardín botánico del Puerto de la Cruz.





Sin alejarnos demasiado del lugar podemos seguir recreándonos con la floresta de los jardines del Marquesado de la Quinta Roja. Bello jardín aterrazado con vistas a todo el valle y la inmensidad del Atlántico. Completa tan majestuoso marco, la antaño casa señorial del Liceo de Taoro, su larga escalinata daba paso a las almas pudientes de la isla. Hoy, reconvertido en restaurante permite a los humildes mundanos sentarse en sus mesas, por mor de sus moderados precios, todo sea dicho.





Como en cualquier asentamiento humano que se precie, no desmerece la visita a su coqueta iglesia de la Concepción, reconstruida tras la ‘inesperada visita’ del volcán Güimar allá por el XVIII. De pequeña planta pero custodiada por dos altas torres, de barroca ornamentación y en su interior bellos retablos e imaginería de reconocidos autores. Una pequeña delicia.







Es mucho y variado lo que podéis ver y grandiosa la panorámica del valle, siempre que se tenga la suerte de llegar el día en que no campe a sus anchas la niebla. Algo que parece difícil en época estival, pues cada día que desde el Puerto dirigía la mirada, allí estaba ella, incansable e inamovible.

MACROFOTOGRAFIA: FLOR DEL ALMENDRO

|0 comentarios
Redundando en la entrada anterior, y buscando algo más concreto, os dejo unas tomas en macro de las florescencias del almendro. Tienen sus errores, lógicos si se tiene en cuenta que es mi primer contacto con el empleo del flash en este tipo de fotografía.




ALMENDROS EN FLOR

|0 comentarios


Hoy nos levantamos y deberíamos saludar al mes de marzo, pero por mor de los ajustes rotatorios aún seguimos en febrero. Deberíamos ser felices por el día regalado, un ‘extra point’ que marcarían las máquinas recreativas, pero, ¿Quién lo ve así?. El urbanita lo afronta como un día más de trabajo que no se le añade a la mensualidad, el mundo rural por no ser menos tampoco lo ve con buen ojo.

Reza el dicho popular que ‘en año bisiesto la cosecha cabe en un cesto’, jocosa sentencia popular que a la vista del devenir de los acontecimientos, parece dar toda la razón al mismo.

A 21 días de proclamarse la primavera, de aquel manto verde que debería cubrir los campos, solo queda el añorado recuerdo de mejores tiempos pasados, la sequía, la carencia de la ‘sangre’ que hace reactivarse la naturaleza, nos deja una estampa monocroma, donde rompen la monotonía los ramilletes de flores blanquecinas que nacen de la ruda corteza del almendro.



Related Posts with Thumbnails