Ordesa: Cola de Caballo

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Retomando la ruta circular al Valle de Ordesa, hoy acabo con el tramo final: el retorno desde la Cola de Caballo por la que pista que discurre paralela al Río Arazas hasta llegar a la Pradera de Ordena, punto de inicio.
La Cola de Caballo es una cascada natural de espectaculares dimensiones en el recodo que cierra el valle, el esplendor que se muestra ante nosotros bien merece el esfuerzo realizado para llegar hasta aquí.
Río abajo seguiremos encontrando más saltos de agua no menos bellos. El primero de ellos es la Cascada de Arripas (foto de la izquierda), que precede a las Gradas de Soaso, esta última es una sucesión escalonada de pequeños saltos de agua, todo un espectáculo de agua, sonido y color.
El tramo más bajo nos ofrece otras cascadas de menos porte pero no por ello menos espectaculares: las cascadas del Estrecho y de la Cueva, el hecho de que estén relativamente apartadas de la pista, y su acceso sea algo complicado hace que pasen desapercibidas a buena parte de los visitantes.
En definitiva, el conjunto cumple con creces las expectativas que el visitante se haya podido hacer de antemano,y a poco que apreciemos el mundo natural, resultaría imperdonable el viajero que visitando estas tierras deje perder la oportunidad de contemplar tanta belleza junta.

Pd. Aprovecho para dedicaros esta entrada a vosotros, visitantes asiduos y esporádicos de este blog, por vuestras palabras de aliento, con las que tengo el reconocimiento que hay alguien a quien puede resultar interesante mi trabajo.
Saludos




Faja de Pelay / Circo de Soaso

El Gallinero / Cola de Caballo

Gradas de Soaso / Cola de Caballo

Cascada del Estrecho y Pared del Gallinero

Atardecer: instantaneas

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Tella: La ruta de las ermitas

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Ascendiendo el río Cinca una vez pasado el Desfiladero de las Devotas (nombre que proviene de unas religiosas que perecieron intentando vadear el río) y a través de una carretera que asciende por una empinada ladera junto a la desembocadura del rió Yaga,accedemos a este recoleto y atractivo rincón.
Tella es una diminuta localidad de tan solo 36 habitantes y con una calle única (difícil perderse por el pueblo). Las vistas de toda la cabecera del Valle del Cinca son sencillamente esplendidas.
Su atractivo principal, amén del paisajístico, es la ruta conocida como de las ermitas. Una sucesión de templos románicos en un ameno paseo circular en tan bello rincón de la naturaleza. La primera de ellas es la ermita de los Santos Juan y Pablo que data del año 1019 y se erige a los pies de la Peña de San Juan o Puntón de las Brujas (estos parajes acogen una extensa tradición brujeril y de leyendas). Desde aquí las vistas al valle y a las gargantas de Escuaín y Revilla son imponentes.
La ruta continúa con las ermitas de la Virgen de la Peña y la Virgen de Fajanilla, algo posteriores en el tiempo y se completa con la Iglesia de San Martín ya en el propio pueblo.
A las afueras del pueblo y completando su patrimonio histórico se encuentra un dolmen prehistórico en buen estado de conservación.








Hoy el grajo vuela bajo

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(continúa de la entrada anterior)
...Unos días después, un manto de nieve lucía en las cumbres de las montañas circundantes y, ¡adiós otoño!
La veloz caída del mercurio en los termómetros, paralela a la caida de las bolsas, las pocas horas de sol que no logran retener algo de calor en los suelos áridos, y las reiteradas heladas nocturnas nos adentran en el invierno puro y duro.
El que la estación invernal comience a mediados de diciembre, no es más que pura retórica científica.
Aquí, ya hace días en que el grajo vuela bajo, y ya se sabe, hace un frío del carajo.


Ayer era otoño

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Por estas tierras del poniente granadino más que cuatro estaciones se diría que solo padecemos dos de ellas. Hasta hace unas pocas semanas el verano aún daba sus últimos coletazos.




En pocos días bajaron las temperaturas y llegaba el otoño. Los tonos ocres predominaban en los bosques de ribera de los ríos y una variopinta masa de hongos y setas se habrían paso entre la hojarasca, pero…

Los Mallos de Aguero

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Los montes prepirenaicos discurren paralelos al sur de la cordillera montañosa de los Pirineos y cercana al valle del Ebro. Sin poseer la grandiosidad del mismo, no están exentas de altas paredes verticales que tratan de emular a sus hermanas mayores.
Por estas tierras se conocen como 'mallos' a los altos paredones rocosos en forma de obelisco o monolito, formados por conglomerados, y de un tono rojizo anaranjado.
Dos pueblos poseen estos majestuosos fenómenos naturales: Riglos y Agüero. Este último, sus formaciones son menos prominentes en altura y espectacularidad al de Riglos, pero no por ello deja de impresionar al visitante al contemplar su silueta recortada sobre la hilera de tejados del pueblo.


Ibón de Piedrafita

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En la margen izquierda del río Gállego y a la sombra de la Sierra de Partacua, nos encontramos con este pequeño y recoleto ibón a los pies de Peña Telera.
En un trayecto corto pero no exento de encanto entre praderas y abetales con amplias vistas a la cabecera del Valle de Tena , a la Sierra de Tendeñera, y al valle y cumbres de Panticosa



Ordesa: El Pirineo por excelencia

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Si hay una visita ineludible para el que se acerque al Pirineo, esta es el Parque Nacional de Ordesa., y concretando más, el Valle de Ordesa.

Tras llegar a Torla como punto de inicio, hay que dejar el vehículo por la aglomeración de personas que se origina. Desde aquí una línea de autobuses te traslada hasta la Pradera de Ordesa, lugar de inicio de la variedad de rutas posibles que se ofertan.
Dejando de lado las largas rutas que ascienden en busca de los tres miles, a la mayoría de ‘senderistas domingueros’ que pasamos por allí, nos queda la opción más factible: subir valle arriba hasta la cascada Cola de Caballo en el Circo de Soaso que cierra el valle.
Esta ruta se puede hacer por la vía fácil en cuanto a desnivel, si seguimos la pista paralela al río Arazas hasta su cabecera.
La otra, para los que le guste ‘adornar el paseo’ con algo de más emoción, es optar por la Senda de los cazadores.
Esta alternativa, deja a un lado el fondo del valle para remontar ladera arriba hasta la Faja de Pelay. Son unos 600 metros de desnivel en escasa distancia. El ascenso pondrá a prueba tus pulmones y al llegar arriba podrás comprobar con cierta decepción que estás en el mismo punto de partida, eso sí, 600 metros más arriba.
La contrapartida es que situado en tan aventajado balcón natural tu visión de los altos picos a tu alrededor recompensará con creces el esfuerzo (si el tiempo lo permite). Además una vez en este punto todo el gasto está hecho, el resto del camino es en descenso, sin olvidar que la distancia es considerable, unos 16 km en total
Toda la vertiente derecha del río Arazas se ofrece a tus ojos: El Gallinero, Tobacor, El Circo de Carriata, el Circo de Cotatuero, todos ellos cercanos a los 3000. Sobre ellos sus hermanos mayores en una línea que culmina en el Monte Perdido con sus 3355m
De la vuelta, por el fondo del valle, y su majestuosa sucesión de cascadas trataré en una próxima entrada.








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