.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Se preguntaba una y otra vez de donde habría salido aquella desmesurada belleza, nunca había visto nada igual, y, parecía que además podía volar. Volar? Si, volar… había acertado y veía como lentamente abría repetidamente y sin pausa pero con una dulce armonía aquellas alas bañadas en suaves y delicados colores. Aquello era una obra de arte, ningún pintor se hubiera atrevido jamás a insertar en su lienzo tanta vida y tanto color. ¿Podría ser un ángel? Sabía que existían, pero nunca había visto alguno. Sin duda, era un ángel.
.....
.....
El sol, aquella mañana brillaba con una luz especialmente dorada, era temprano, le gustaba madrugar, así que pensó que era la mejor hora para dejar secar sus alas al calor de los primeros rayos, el vuelo así sería mucho más etéreo. Abrió entonces sus alas y alzó su cabeza para acicalarse las antenas. Fue cuando la vio. Era como la seda… sus pétalos semejaban mullidos, cálidos, suaves. Incidían los rayos del astro rey en su corola resaltándola sobre todas las demás, convirtiéndola en la más hermosa de todas las que en su vida había visto. Una vez le dijeron que las hadas habitaban los bosques, podría ser que ella fuera una.
.....
.....
..........
.....
A los intrépidos que habeis llegado hasta aquí desearos paz y armonía para este año y el que viene.