Publicado por
Juan
Dejando atrás el entorno de Canfranc y ya en la cabecera del valle podemos disfrutar de varias rutas de montaña de diversa dificultad con que aderezar el día en pleno contacto con la naturaleza. La que yo contemplo discurre por el valle lateral de Astún y el ascenso a sus ibones. Ibón, en aragonés, es la denominación de lago de montaña.
Partiendo desde las instalaciones de la estación de esquí ascenderemos hasta las cumbres que cierran el valle. La subida no es demasiado exigente a pesar de sus 500 mts de desnivel y se hace por una amplia pista, o bien, para los más flojos (me incluyo entre ellos, aunque me cueste reconocerlo) puedes subir cómodamente en el telesilla de la estación que te deja en pocos minutos al pie mismo del primero de los ibones, el de las Truchas o Astún. Desde este punto, lo más habitual es acercarse al otro ibón, el de Escalar, más grande y bello, situado a corta distancia.
El siguiente paso de mi ruta fue subir al cercano collado de Les Moines, aquí junto al hito que delimita la frontera francesa la vista es amplia y majestuosa. Cumbres aéreas a uno y otro lado, presididas al norte por el majestuoso y omnipresente Midi D’ossau con sus 2884m.
Precioso lugar en el que tras un breve reposo acompañado por el estridente chillido de una cercana marmota, admirando tanta belleza mientras planeaba hacia donde dirigir mis pasos, las benditas nubes de todos los días me rodearon en pocos minutos por todos los costados echando por tierra mis aspiraciones y obligándome a retroceder sobre mis pasos.