Situado al norte de la provincia de Granada, reune el agua de cuatro ríos y algún que otro arroyo de temporada. Este es mi primer intento de fotografiar aves en vuelo, vamos , lo que se dice empezar la casa por el tejado. Es sin lugar a dudas, una de las técnicas más difíciles. Requiere buena luz, un buen teleobjetivo, una gran dosis de paciencia, y por último e imprescindible, muchas aves volando.
Con estos condicionantes, cámara en mano, en una mañana con poca luz, el termómetro rondando los 4 bajo cero (lo que cuesta mantener el pulso sereno) un teleobjetivo de mediano bolsillo (es decir, mediocre) y un "hide" natural (vamos, bajo un árbol) me lanzo a por ellas. Mejor hubiera comprado un décimo de lotería, apenas unas dos o tres pasan por mi posición. Los resultados un enfriamiento de película y muy poco material aprovechable. Ahí va algo de ello, una gaviota (a 150 km de la costa, nada menos) y un grupo de ánades de nombre desconocido que en ningún momento abandonaron el lugar en que están. El próximo intento lo dejo para la primavera, a ver si para entonces la variedad de estas, y mi pulso mejoran.
Con estos condicionantes, cámara en mano, en una mañana con poca luz, el termómetro rondando los 4 bajo cero (lo que cuesta mantener el pulso sereno) un teleobjetivo de mediano bolsillo (es decir, mediocre) y un "hide" natural (vamos, bajo un árbol) me lanzo a por ellas. Mejor hubiera comprado un décimo de lotería, apenas unas dos o tres pasan por mi posición. Los resultados un enfriamiento de película y muy poco material aprovechable. Ahí va algo de ello, una gaviota (a 150 km de la costa, nada menos) y un grupo de ánades de nombre desconocido que en ningún momento abandonaron el lugar en que están. El próximo intento lo dejo para la primavera, a ver si para entonces la variedad de estas, y mi pulso mejoran.