De tamaño poco mayor al cm, esta araña parda, es reconocible por sus franjas longitudinales claras en su dorso.
Es frecuente encontrarla en jardines y ya en campo, en las zonas bajas de los valles. Esta especia no teje redes y captura a sus presas, pequeños insectos, moviéndose entre las hojas.
Al igual que ocurre en muchas especies de arácnidos, la reproducción supone para el macho una cuestión de vida o muerte. Debe acercarse a la hembra con sigilo y provisto de algún obsequio en forma de mosca envuelta en tela, aprovechando mientras la dama hace honor al regalo para realizar la cópula.
A principios de verano, se puede ver a la hembra portando un capullo con ella sujetado por las piezas bucales (quelíceros), en dicho capullo se hayan los huevos de las 7 u 8 arañuelas a las que seguirá vigilando incluso después de nacer estas.