Como inicio de la temporada de ‘pateo’ por la montaña, (se puede hacer senderismo en pleno invierno, pero soy más friolero que un africano en Siberia) he iniciado mi periplo en la Cañada del Mesto.
Discurre esta en la Sierra del Pozo (Jaén) contigua y vecina al Parque Natural de Cazorla, recorre el curso del río Guadalentín desde la cola del Embalse de la Bolera hasta la Nava de San Pedro ya en pleno Parque.
La Cañada es una meseta a unos 1300 m. de altitud por lo que queda al margen de la nieve que aún perdura en las cumbres y al amparo del viento y frío de las alturas, con un desnivel de no más de 300 metros te permite un paseo relajado mientras haces las fotitos de rigor.
El trayecto es una sucesión de cortijos en ruinas rodeados de encinas, sabinas y enebros entre los que debería verse algún gamo, corzo o jabalí que es la fauna más común del lugar pero que no hay manera de conseguir hacerles una foto pues te huelen antes que los veas a ellos y desaparecen como por arte de magia (y puedo juraros que me lavo de cuando en cuando) de modo que después de acarrear el teleobjetivo todo el día me tuve que conformar con los paisajes de siempre (a ver si algún día voy al Zoo y cambio de temática)
Discurre esta en la Sierra del Pozo (Jaén) contigua y vecina al Parque Natural de Cazorla, recorre el curso del río Guadalentín desde la cola del Embalse de la Bolera hasta la Nava de San Pedro ya en pleno Parque.
La Cañada es una meseta a unos 1300 m. de altitud por lo que queda al margen de la nieve que aún perdura en las cumbres y al amparo del viento y frío de las alturas, con un desnivel de no más de 300 metros te permite un paseo relajado mientras haces las fotitos de rigor.
El trayecto es una sucesión de cortijos en ruinas rodeados de encinas, sabinas y enebros entre los que debería verse algún gamo, corzo o jabalí que es la fauna más común del lugar pero que no hay manera de conseguir hacerles una foto pues te huelen antes que los veas a ellos y desaparecen como por arte de magia (y puedo juraros que me lavo de cuando en cuando) de modo que después de acarrear el teleobjetivo todo el día me tuve que conformar con los paisajes de siempre (a ver si algún día voy al Zoo y cambio de temática)